La destrucción confidencial de documentos se encarga de eliminar los datos privados de clientes y trabajadores además de los datos especialmente sensibles, almacenados por empresas o entidades, cuando estos ya no son útiles. Sin embargo, esta eliminación no puede hacerse de cualquier manera, debido a la información que se manipula en el proceso.
Hay que cumplir ciertos parámetros de seguridad, para garantizar que no se produce ningún acceso indebido a dicha información, antes o después de su destrucción. Ya que podría generar sanciones por la Agencia de Protección de Datos (AEPD) y ser un gran perjuicio para la empresa a nivel de reputación.